“Dos de cada tres dependientes canarios en lista de espera morirán
sin ser atendidos”. Así de contundente se ha mostrado José Manuel
Ramírez, director de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en
Servicios Sociales, respecto a la dramática situación que vive una ley
de Dependencia cuya merma no cesa bajo la yugo de la tijera de las
administraciones.
Esta tesis la sustenta con la objetividad de los datos: de los 24.301
dependientes canarios que han solicitado acceder a las prestaciones de
la ley, tan solo 11.926 han recibido la ayuda. Esto deja la lista de
espera en 12.375 dependientes, quienes, según el director de los
Gerentes Sociales, "podrían estar esperando más de tres años" por
acceder a las mencionadas prestaciones. Si tenemos en cuenta que la
esperanza de vida media de estas personas no suele sobrepasar los tres
años, según datos del INE a partir de la encuesta sobre Discapacidad y
Estado de Salud, tan solo hay que relacionar cifras para sacar
conclusiones.
“Un dependiente canario tiene tres veces menos posibilidades de ser
atendido que uno de cualquier otra comunidad autónoma” sostiene José
Manuel Ramírez, cada vez más alarmado por una “derogación encubierta de
la ley de Dependencia” que cada vez toma más cuerpo. No en vano, el
Archipiélago Canario se sitúa a la cabeza en el limbo de la Dependencia,
o sea, esas personas a las que se les ha reconocido el derecho pero no
se les ha dado ninguna prestación o el servicio que le corresponde.