M. Á. MONTERO SANTA CRUZ DE TENERIFE
Cuando menos así fue durante el decenio 2001-2011, según se desprende de las estadísticas sobre vivienda del Ministerio de Fomento. En ese período, el número de casas aumentó en el Archipiélago un 27%, un incremento que superó la media estatal.
En 2001 había en las Islas poco más
de 850.000 viviendas (exactamente 855.022); en 2011, cerca de 1,1
millones (1.084.922). De modo que en apenas diez años se levantaron 229.900 nuevas casas,
es decir, prácticamente una por cada persona que engrosó el padrón
durante el decenio. De hecho, la ratio nuevo habitante/nueva vivienda
fue en ese tiempo de 1,5 a uno.
En 2011, por tanto, había en la región un 27% más de casas
que en 2001. Este precisamente es el dato que permite comprobar cómo el
auge inmobiliario, o el «boom», como se lo denominó, fue más acusado si cabe en Canarias que en la mayoría de los otros 16 territorios del país. Tan es así, que la media nacional no llegó al 24% (23,7).
En cambio, ni en el Archipiélago ni en el conjunto de
España creció tanto la población como para compensar tamaño aumento del
número de viviendas (Fomento incluye en sus estadísticas la vivienda
libre y también la protegida o de promoción pública). En la comunidad,
el padrón se incrementó en 345.403 personas, esto es, un 19,4%. En
consecuencia, mientras la cantidad de pisos, chalés y demás se disparaba
un 27%, los residentes eran en 2011 «tan solo» un 19,4% más que en 2001.
Desproporción
Para confirmar lo desproporcionado del número de casas que
pueblan las Islas, basta con repartir los habitantes (2.126.769 en 2011,
según el Instituto Nacional de Estadística) entre todas aquellas, las
susodichas 1.084.922. Esta operación daría como resultado 1,96, lo que
supone que ni siquiera habría dos inquilinos por vivienda.
Un análisis por provincias evidencia que el aumento de las casas ha sido idéntico en las dos demarcaciones canarias, o al menos lo fue durante el período en cuestión, aunque algo mayor en la de Santa Cruz de Tenerife.
En esta última había 420.018 residencias a 31 de diciembre de 2001; el
mismo día de 2011 había ya casi 537.000 (536.998): el incremento fue de
116.980. En la provincia de Las Palmas pasaron de ser 435.004 a
comienzos del decenio a ser 547.924 hacia su final, siempre con arreglo a
las estadísticas de Fomento, lo que implicó un crecimiento de 112.920.
En todos estos guarismos subyacen un exceso de oferta, una debilidad de la demanda sin parangón (a raíz de la crisis) y miles de viviendas vacías. En definitiva, y al margen de las implicaciones sociales, el hoyo en que ha caído el subsector de la construcción.