Así ha
ocurrido en el Comedor de La Paz, ubicado en el barrio de Las Rehoyas y
gestionado con ayuda de la parroquia y colectivos del lugar, que antes
de la crisis atendía a una media de poco más de cuarenta personas y que
actualmente asiste a unas doscientas cada día, incluidas familias
enteras, según ha asegurado este miércoles una de sus responsables, la
voluntaria Inmaculada Calderín.
"Vemos familias completas en paro en las que son los abuelos, con sus
pensiones, quienes único pueden ayudar al sustento de todos"-
aseguró esta voluntaria tras el acto de clausura del Belén de Arena de
la playa de Las Canteras, en el que ha habló en nombre de
representantes de cuatro comedores a los que se han entregado 16.000
euros de donativos recaudados en torno a esa iniciativa.
Como portavoz de todos ellos, Inmaculada Calderín manifestó su deseo que "
mejore una situación que ha hecho empeorar las condiciones de vida de
muchas personas de la capital isleña respecto a solo unos años atrás".