La proyección del documental sobre 30 años de migraciones nos deja el sabor agridulce de plantear el drama de la muerte pero no las causas y las soluciones de las migraciones: dejar de robar a los pobres. En el diálogo las palabras más interesantes vinieron del consejero de Solidaridad del Cabildo, el único interviniente que aludió a las multinacionales.
Los movimientos migratorios en la actualidad afectan a
más de 60 millones de personas en todo el mundo que se ven obligadas a
un desplazamiento forzoso, víctimas de las guerras, la violación de los
derechos humanos, el hambre y que en la mayor parte de las ocasiones tienen su origen en los intereses de las grandes potencias y de las empresas multinacionales, explica el consejero Carmelo Ramírez.
Ramírez aboga por afrontar las causas que generan la inmigración y no
por políticas de “amurallamiento” como las de Estados Unidos y la Unión
Europea. “La solución para resolver este problema pasa por dejar de
expoliar a los países empobrecidos y por propiciar proyectos de
cooperación en ellos”, concluye.