¿Cómo
se puede vender como un éxito eliminar o cerrar un canal que no se ve?
Pues eso, resultaría ridículo erigirse en el paladín del ahorro y de la
austeridad, hablar de que has erradicado una cadena que no llegaba
siquiera al 1% de audiencia, pero nuestros políticos, nacionalistas
ellos, of course, son expertos en la panoplia propagandística, en el
marketing de artificio y en los grandilocuentes pero vacuos anuncios, y
por esa razón venden como un verdadero logro el haber desenchufado el
segundo canal de la Televisión Autonómica de Canarias, La Nuestra, la
del despilfarro a manos llenas para contentar y satisfacer las ansias de
negocios de los amigos de sus amigos que, curiosamente, también son sus
amigos.
Si
ya de por sí el hecho de mantener una cadena autonómica supone un
esfuerzo difícilmente explicable en los tiempos que corren, ni les
cuento lo que es incrementar (aunque sólo supongan unos pocos euros más)
el gasto con un segundo canal que, como los propios gestores de
Coalición Canaria reconocen, no lo visiona siquiera el 1% de la
audiencia, seguramente porque se trata de un refrito de programas,
series, entrevistas de culto y las noticias en las que se tiene que ver
forzosamente a Paulino Rivero, que al fin y a la postre este invento va
así, los canales autonómicos son concebidos a la mayor gloria del líder
de turno que pasa por la casa presidencial.
Desde
luego, si la idea del Ejecutivo del sauzalero hubiese sido en realidad
ahorrar de verdad, no con gestos de cara a la galería, ahora mismo
estaríamos hablando de que la Televisión Canaria habría empezado un
proceso decidido de privatización, donde se gestione de acuerdo a
criterios empresariales. En cierta medida, parte de privatización a
tiempo parcial ya ha habido, entre otras cuestiones porque la producción
de muchos programas se le daba a empresas (normalmente amigas) que
luego, en un alarde de superación de la esclavitud del siglo XIX
africana, trataban a sus empleados como auténtica mercancía,
cambiándoles las condiciones laborales a gusto de consumidor, lo que
llevó a varios conflictos y a varias jornadas de huelga ante el
atropello a los derechos más fundamentales.
Obviamente,
tengan por seguro que la Televisión Canaria no se privatizará, como
tampoco los gastos suntuarios del presidente, los coches oficiales, el
helicóptero de Tulipán y tantas otras cuestiones que hacen que el
Presupuesto autonómico acabe metiendo tijera en aspectos esenciales como
la sanidad o la educación. Pero esto, claro está, Rivero y su gente
tienen otra manera peculiar de explicarlo o de justificarlo. ¿Saben
cuál? Que la culpa es de Madrid, ¡oh, el viejo y gran enemigo al que se
recurre como agua de mayo cuando toca defender la gestión interna!
Entonces, la culpa de nuestros males la tiene el inquilino monclovita,
vaya.
http://www.abc.es/20120430/local-canarias/abci-velarde300412-201204301353.html