martes, 27 de marzo de 2012

NUESTROS MOTIVOS PARA UNA HUELGA GENERAL

 Rodrigo del Pozo

Es evidente que CCOO y UGT hace mucho tiempo que han perdido la autoridad moral por su burocracia, sus años de claudicación y sus corruptelas. También es evidente que ellos ven en la Huelga General una oportunidad para recuperar parte del prestigio y el poder perdido. Lo mismo pasa con el PSOE que, junto con IU, van a instrumentalizar políticamente la Huelga  ¿Qué hacer entonces el 29M?.

En mi opinión, el primer error consiste en centrar la lucha contra la reforma laboral y los recortes sociales en el día de la Huelga General. Parece como si estar o no contra la reforma se redujese a apoyar o no a los sindicatos mayoritarios en su convocatoria. Ahí está la trampa.

Hoy en día, la Huelga General es sólo uno más de los instrumentos de presión social y creo que no es uno de los más eficaces, sobretodo para presionar a las grandes empresas o al sector financiero, que son los que están forzando todas estas medidas. Lo importante es sostener una acción política permanente de denuncia, concienciación y presión moral, antes y después del 29M, como vienen desarrollando diversos colectivos, entre ellos el SAIn.

Considerando entonces que el 29M no es el “juicio final” que coloque a unos a la derecha y a otros a la izquierda, sino que lo importante es la labor continua de denuncia tanto del poder político y económico como de la falsa izquierda que representan CCOO, UGT, PSOE y IU, mi postura el 29M es la de hace un llamamiento a la Huelga a pesar de la traición sindical. Poniendo en un lado de la balanza el beneficio que sacarán las cúpulas de la falsa izquierda con el éxito del 29M y en el otro lado lo que se beneficiaría el PP y los mercados con un fracaso, la cosa queda bastante igualada. Lo que para mí decanta la balanza del lado de la Huelga es la solidaridad con los parados, los explotados y los que se irán al paro con esta reforma laboral.

Salgamos a la calle, también el 29M, a gritar lo más alto que podamos que no queremos ni el poder de los mercados ni la mentira de la falsa izquierda oportunista.