miércoles, 29 de febrero de 2012

Peones diplomados

JUANJO JIMÉNEZ
 El Gobierno de Canarias ha llegado a la conclusión de que un 30 y algo por ciento más de paro en una comunidad de apenas dos millones de habitantes no es, digamos, como para tirar voladores, porque hasta los pirotécnicos están a punto del desempleo, o casi. Es por esto que ha anunciado un plan de choque, que es como se denomina a un programa para estamparse de nuevo.

Entre otras medidas, algunas muy loables, van a impulsar las escuelas taller. Entre pitos y flautas se destinarán 55 millones de euros, 55, a esta fórmula que ya se lleva aplicando desde hace mucho tiempo con los resultados que saltan a la vista. La escuela taller ha sido al final el amarradero del fracaso escolar. El nene, inquieto, llega a los 25 años sin haberse sentado un rato a estudiarse el examen y prefiere la vida al oreo, bien cortando unas gerberas o picando piedra. La administración, para disimular su impericia, le ofrece un diplomatura en peón, promete un contrato que rara vez llega y se retraen esos 55 millones en ofrecer una enseñanza de calidad, atractiva hasta para el más gandul y en la que todos los indígenas salgan con una formación profesional o una licenciatura digna del resto del continente, amén.