Con la crisis, las listas del paro y los beneficiarios
de prestaciones se dispararon. Sin embargo, la tendencia comenzó a
cambiar hace apenas un año: a pesar de mantener niveles muy elevados de
desempleo, los perceptores de prestaciones comenzaron a reducirse. No
solo eso, sino que ya son más las personas que cobran algún tipo de
subsidio asistencial que las que perciben prestaciones contributivas. Se
trata de una clara señal de que la crisis se alarga, el empleo no llega
y es la red asistencial, de prestaciones más escasas, la que funciona
como sostén social.
En febrero –el último dato
disponible–, había 1.187.202 de personas cobrando una prestación
contributiva por desempleo y 1.305.335 percibían una prestación de nivel
asistencial, especialmente subsidios por desempleo. La diferencia entre
prestaciones contributivas y asistenciales se ensancha aún más si
sumamos a estas últimas la renta activa de inserción, que cobran 257.537
personas, y la ayuda de 426 euros para parados que hayan agotado sus
prestaciones, de la que no hay datos actualizados.
Es decir, al menos 1.562.872 de personas cobran una ayuda asistencial
frente a 1.187.202 que perciben prestaciones contributivas, por las que
han aportado cotizaciones mientras trabajaban. El problema de que se
generalicen las ayudas asistenciales, además de su escaso importe
individual, es que el Estado tiene que aportar todos los recursos de
Presupuestos para cubrir la aportación que en ningún caso se sufraga con
las aportaciones de los trabajadores. Estas prestaciones asistenciales
además, no cotizan a la Seguridad Social.
Cuando
estalló la crisis, la tendencia era precisamente la contraria. En 2008,
por ejemplo, 1.100.879 personas cobraban prestaciones contributivas y
646.186, subsidios asistenciales. Fue a partir de 2010 cuando la
diferencia entre unos beneficiarios y otros se redujo considerablemente:
conforme las personas que habían llegado al paro durante la primera
parte de la crisis seguían sin encontrar un nuevo empleo y agotaban sus
prestaciones, pasaban a engrosar las listas de beneficiarios de
subsidios asistenciales.