De izquierda a derecha, las arqueólogas Candelaria Rosario,
Carmina del Arco, Carmen Benito y Mercedes del Arco / C7
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La excavación del yacimiento descubierto en el islote de Lobos (Fuerteventura) con restos de un posible asentamiento romano había despertado tal interés de la comunidad científica que los primeros resultados de la campaña que se llevó a cabo entre 2012 y 2013 y que anoche se presentaron en Tenerife supieron a poco. De momento, las primeras conclusiones firmes apunta ya a una modificación de los límites meridionales del Imperio Romano, para incorporar a Canarias.
Cinco años después de que arrancaran las investigaciones en Lobos, propiciadas por el hallazgo casual de un ánfora romana en la playa de La Concha, la catedrática de Prehistoria de la Universidad de La Laguna (ULL) Carmina del Arco, su hermana Mercedes y las también arqueólogas del Museo Arqueológico de Tenerife Candelaria Rosario y Carmen Benito, están en condiciones de afirmar que la presencia del mundo romano en Canarias «fue un hecho» y que, además, según Mercedes del Arco, estaba directamente relacionada con «la explotación de un recurso concreto, la Stramonita haematoma», el molusco del que se extraía la púrpura, el tinte más preciado en Roma.