Almudena Sánchez
El Parlamento se ha gastado más de 25.000 euros en renovar los
teléfonos móviles al comenzar la legislatura. Los nuevos diputados
dispondrán de terminales Iphone de alta gama lo que supone un desembolso
cercano a los 18.000 euros, mientras que el personal de la cámara
tendrá unos Samsung por 7.844 euros.
La Mesa del Parlamento que presidió Antonio Castro firmó con Telefónica
Móviles en noviembre de 2013 el contrato para la «prestación de los
servicios de telecomunicaciones» que incluye telefonía móvil, fija y
datos. El coste fue de 526.767,16 euros -incluyendo el IGIC- y su
vigencia es de tres años.
En su cláusula quinta se expone que «el contratista se compromete
expresamente además a renovar entre los meses de junio-julio de 2015 39
terminales Iphone por el modelo similar actualizado» y se añade: «sin
cargo adicional para el Parlamento».
Sin embargo, en el capítulo de contratos menores que figura en la web
institucional del órgano legislativo figura un gasto de 17.855 euros a
favor de la UTE Telefónica de España y Telefónica Móviles España para la
«adquisición de terminales Iphone con destino a los diputados de la IX
legislatura»
Contrato.
A renglón seguido, se contempla otro gasto de 7.844 euros a favor de la
misma UTE para la «adquisición de terminales Samsung para el servicio
de la cámara». Por lo tanto, el gasto total de los terminales renovados
se sitúa en los 25.699 euros.
Cabe apuntar que en el contrato firmado en 2013 no figura en ninguna
cláusula la obligación del contratista a recoger los terminales
utilizados por los diputados que cesan al acabar la legislatura.
En su día, el exvicepresidente primero de la Mesa, Julio Cruz, indicó
que se había pedido un «informe para ver si se pueden reciclar» los
aparatos y, en todo caso, el órgano rector se desentendió de controlar
cuántos parlamentarios de la anterior legislatura han devuelto los
dispositivos al perder el escaño.
Fuentes de la cámara aseguraron, paralelamente, que el diputado firmaba
un papel en el que se le obligaba a entregar los dispositivos
-teléfono, tableta y, en algunos casos concretos, ordenador- al cesar.
Eso ocurrió con algunos diputados, pero la mayoría la respuesta verbal
que recibieron de miembros de sus grupos o de la Mesa es que se quedaran
con los dispositivos porque, en primer lugar, no había quien los
recogiera y en segundo lugar, han perdido valor.