Jéssica León Verdugo / Las Palmas de Gran Canaria
Jéssica León Verdugo es periodista
Estimado presidente: Me atrevo a escribirle estas líneas después de
comprobar la profunda preocupación que siente usted como Presidente de
la Comunidad Autónoma de Canarias y, al mismo tiempo, Presidente de
Coalición Canarias a nivel “nacional”, hacia los “extranjeros” que viven
en nuestra tierra.
Antes que nada, permítame presentarme. Me llamo Jéssica de León
Verdugo. Tengo 28 años. Nací en Puerto del Rosario, Fuerteventura.
Durante todo este tiempo, he paseado el orgullo que siento de ser
canaria allá donde he ido.
Desde pequeña, he estudiado la Historia de Canarias. Desde el día en
que Jean de Betancourt pisó Fuerteventura en el siglo XV, hasta el
memorable día en que un majorero pisó las Cortes Generales para dotar de
nombre y apellidos a islas como la mía. Hablo, por supuesto, del
majorero Ilustre Manuel Velázquez Cabrera.
La pasión que siento por nuestra tierra no puedo explicarla con
palabras. Desde pequeña me inscribí en una Agrupación Folclórica. Las
folías que reseñan mal de amores o añoranza a esta tierra, me
acompañaron durante mis seis años estudiando fuera. El sentido canto de
una malagueña siempre me hace llorar porque me recuerdan el gran
sacrificio de mi madre por sus hijos y el de mi abuela, ya difunta, por
mi padre, mis tíos y sus nietos.
Es curioso señor Rivero que este amor que siento por mi tierra me lo
inculcara una madre andaluza. Oriunda de Sevilla, trabaja aquí desde
hace 30 años. Quiere y respeta a esta tierra como a la suya propia.
Según las palabras que he leído en su diario, el culpable de
incrementar el paro en Canarias, en mi caso, es mi padre que, desde el
momento que la vio, se enamoró de ella, se carteó con ella durante cinco
años y, finalmente, se casaron. La trajo a vivir a esta tierra.
Tuvieron hijos, dos para ser exactos.
Me pregunto qué consideración ostentaría mi padre en su clasificación
de canariedad para usted, ya que ha hecho tanto mal a este tierra
conformando una familia sin tener en cuenta que con ello podríamos
colapsar los servicios públicos esenciales.
También me pregunto cómo califica a mi madre, con edad de 48 años, pero
que lleva en Fuerteventura 30 años. Es decir, ha pasado más tiempo en
Fuerteventura que en su lugar de nacimiento, le recuerdo, Sevilla.
Y finalmente me pregunto, ¿cómo estamos catalogados en sus planes para
el control de la casta canaria los mestizos como yo, de padre majorero y
madre andaluza, o como el propio Antonio Cubillo, de origen gallego?
Señor Rivero, como mi familia hay muchas. Canarios que se casaron y
tuvieron hijos con personas de otras partes del mundo. Hijos que se han
criado en esta tierra.
Pero también, personas que han llegado a Canarias buscando una
oportunidad de trabajar. Pronto se integraron en nuestra sociedad, se
hicieron con nuestras costumbres y nunca dejaron de reconocer la inmensa
solidaridad y tolerancia del pueblo canario.
En el plano económico, muchos de ellos crearon su propia empresa.
Algunos prosperaron y siguen aquí. Otros, cerraron y se han marchado
recientemente. Pero todos, han pagado sus impuestos, alquileres,
comprado viviendas, alimentos, ropa,… En definitiva, han generado
riqueza en Canarias.
Han cumplido con sus deberes de ciudadano y usted hoy habla de restarle
derechos asegurando que la inmigración es el principal problema de
nuestras islas. Se olvida usted de que el acceso de estas personas a los
servicios esenciales como sanidad y educación, también los pagan con el
sudor de su frente.
Esas personas que durante años han respetado a Canarias, se sienten hoy canarios.
Un sentimiento que, desde luego, usted no alcanza a comprender ni es
merecedor de ostentar. La xenofobia con la que habla no representa a los
Canarios con mayúsculas.
No se puede ser canario un día sí y, al siguiente, ser el responsable
de la situación socioeconómica que vive Canarias como si usted no
llevara gobernando seis años.
Mi madre no puede ser la culpable de que usted cierre hospitales. Desde
luego, tampoco lo es de que, en Fuerteventura, no se construyan
colegios.
Me niego a pensar que ella sea responsable de que no tengamos
carreteras en condiciones. Pero lo que jamás dudaré es que, cuando
llegue el momento de las elecciones, usted y su partido tocarán en
nuestra puerta y en la puerta de todos los inmigrantes de Canarias con
derecho a voto.
Si para usted los canarios sólo se identifican con partidas de
nacimiento, es que nunca ha comprendido el “hecho diferencial canario”.
Ser canario es más que nacer aquí. Es ver pasar el tiempo de otra
forma. Es ruborizarse cuando alaban un atardecer de tu tierra. Es echar
de menos el olor de Canarias. Es trabajar aquí porque estás convencido
de que tenemos futuro. Es querer morir aquí. Es criar a tus hijos
admirando nuestra cultura, luchas, romerías, aires canarios pero
respetando a los demás. Es sentirse afortunado porque lo que hemos
heredado de nuestros abuelos, estas islas.
Mi madre lo entendió siempre. ¿Lo ha entendido usted alguna vez?