VICENTE PÉREZ | Santa Cruz de Tenerife
El Dios de los pobres solo podía nacer en un lugar así: en el destartalado solar de Ofra
que se ha convertido en improvisado aparcamiento del hospital de La
Candelaria. Allí se ha construido por segundo año un curioso y
gigantesco belén de materiales reciclados. Sus artífices: Abraham,
albañil en paro y aparcacoches, y Pablo, electricista, también sin
trabajo, y que a veces gana unos eurillos en ese parking junto a la
avenida de Los Príncipes.
Aunque, hablando de realeza, esta vía bien podría llamarse la del Rey de los Judíos, porque Jesús será colocado esta Nochebuena
en el establo que con delicadeza han elaborado Abraham y Pablo,
ayudados por otros aparcacoches, y colaboradores que, como Tatín (Raúl,
veterano pescador y artesano), donó una balsa egipcia en miniatura. El
portal triplica su tamaño de la pasada Navidad, dispone de luces led
donadas por la empresa Ideas Ingenieros, y su entorno se ha iluminado
con bombillas de colores para que los visitantes no tropiecen en las
barranqueras. También el Ayuntamiento les ha regalado algunas flores de
pascua.
El portal es un mundo de detalles digno de ver, pues está hecho con
gran realismo imitando un pueblo rural donde no faltan elementos
tradicionales canarios. Tal esa así que en esta ocasión participa en el
Concurso de Belenes del Ayuntamiento de Santa Cruz. “Y el próximo año
aún lo haremos todavía mayor”, anuncian, felices, Pablo y Abraham.