Hablaba Ibarra del apoyo que debía tener esta línea en el Puerto de Las Palmas como nodo de redistribución de la carga si se quería que su viabilidad tuviera solidez. Como explicó más tarde el propio presidente, “la línea no sólo no está en cuestión, sino que nuestro objetivo es reforzarla tratando de transportar carga hotofrutícula del sur de Marruecos hacia Europa a través del Puerto de Las Palmas, que servirá de apoyo”.
Los que conocen a Ibarra saben que no se anda por las ramas cuando se trata de darle solidez argumental a los asuntos desde el punto de vista económico. Y con Tarfaya lo ha hecho. Todos conocemos cómo ha habido, en etapas anteriores, proyectos mal diseñados o mal gestionados que terminaron fracasando, como el muelle de Arinaga o el de Gran Tarajal, muelles que aún a día de hoy siguen prácticamente vacíos.