LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
En algunos casos, lucen como auténticas muestras del disparate; en otros, la mala suerte y la consabida crisis se han cebado con ellas. Más de una veintena de grandes infraestructuras y equipamientos se yerguen sin vida ni actividad alguna sobre la superficie de la isla de Gran Canaria. El recuento hecho por este periódico cifra la inversión efectuada en ellos en 274,6 millones de euros, pero es que para acabarlos tal como fueron concebidos harían falta otros 72,4. El repaso pormenorizado sobre todos y cada uno de ellos podría resumirse como una sonrojante ruta del despilfarro de la que todas las administraciones, en mayor o menor medida, han participado.
En Las Palmas de Gran Canaria, el Estadio de Gran Canaria, la planta de biogás y la antigua desaladora Las Palmas-Telde encabezan una lista en la que también se encuentran un grupo de obras menores ejecutadas con cargo al Plan Feile, por un importe de 18 millones de euros, y que sencillamente no se encuentran operativas.
La planta de biogás en Salto del Negro tampoco se escapa. Está acabada desde 2007, y también desde ese año está parada. Las dos fases de la infraestructura fueron construidas por sistemas diferentes y ahora hay que conectarlas. A los 30 millones ya ejecutados habrá que añadir 2,5 más.
Otro proyecto que acabó en pufo fue la antigua desaladora Las Palmas-Telde, en Piedra Santa, que motivó un desembolso de 50 millones y nunca ha producido ni una gota de agua. Cuando concluyó su construcción, alguien cayó en la cuenta de que salía más caro arrancarla que dejarla como ejemplo de fiasco hidráulico. Hasta se ha dicho de venderla como chatarra.