CANARIAS ACTUAL
Hoy se presentó, tal cómo estaba previsto (en archivo adjunto), una
iniciativa ciudadana para poner en uso social u obligar a pagar a
promotoras, bancos y empresas de la RIC por las 15.057 viviendas vacías
que hay en La Laguna (un20% del total) según datos oficiales del mismo
Ayuntamiento, una auténtica barbaridad. Una barbaridad si tenemos en
cuenta que en la Plataforma por la Dignidad llevamos ya varios meses
trabajando casi exclusivamente para familias precarias de La Laguna que
se han quedado sin trabajo, sin ingresos, sin comida y finalmente sin
casa, que llegan a nosotros desesperadas tras no haber encontrado en el
Ayuntamiento solución a su crítica situación, hecho este que nos movió a
llevar varios casos al Defensor del Pueblo. Sin ir más lejos, esta
misma semana hemos lanzado dos casos graves en sendas campañas de
solidaridad para intentar buscar un techo para dos familias de madres
monoparentales con hijos menores a cargo que serán desahuciadas en unos
días si un milagro no lo impide. Una barbaridad, una injusticia, un
absurdo o una crueldad, llámenlo como quieran. Si a eso sumamos el más
que probable ingreso de los hijos menores en un centro tutelar, el
asunto se vuelve ya sin calificativos aplicables. Y esta es sólo la
punta del iceberg de lo que sucede en La Laguna: a saber cuantas
familias hay en situación similar cuya suerte desconocemos.
derecho a techo
15.000 casas vacías, el 20% de las viviendas totales, para un
municipio que tiene 153.187 habitantes, es sin duda un disparate. En
términos autonómicos, según estimaciones Canarias pudiera tener en la
actualidad entre 100.000 y 150.000 casas vacías, luego La Laguna
supondría entre un 10% y un 15% del total del total de casas vacías de
todo el Archipiélago. Si en Canarias hay del orden de 2.126.769
habitantes, La Laguna con su población representa el 7,2% de la
población canaria. La desproporción de viviendas vacías con respecto a
la media es pues considerable.
Y si es un disparate en términos puramente humanos, los es también en
términos económicos si tenemos en cuenta el coste que supone para las
arcas públicas contar con el 20% de viviendas del Municipio cerradas sin
habitar de manera permanente. Un perjuicio que viene del hecho de tener
que tener servicios municipales para un 20% de viviendas “fantasma”
donde no vive nadie. Lo cual implica un plus en gastos de servicios como
el alumbrado, la basura, la seguridad o la limpieza, para un 20% de
viviendas donde nadie va a disfrutar de esos servicios, puesto que no
hay nadie, y que por tanto bien se lo podría ahorrar el Ayuntamiento.