Damián es un chicharrero de 58 años, cara y manos curtidas y mala suerte.
El desempleo, una separación y después la finalización de la prestación
por desempleo le llevaron a las calles de El Sobradillo, donde se ha
establecido en un solar. Entre desperdicios y ratas Damián se ha apañado
para guardar sus escasas pertenencias, construirse un catre cubierto o
un rincón donde calienta comida.